Lo que me gusta de la religión judía es que Dios tiene fe en ti y la libertad que te da

Entrevista con Elías Mizrahi



¿Cómo es y ha sido tu relación con Dios?

La relación mía con Dios es como la de un padre a un hijo; de un ser todo poderoso con alguien limitado que necesita de ese Dios para salir adelante. Aunque puedes salir adelante solo, con la presencia de ese todo poderoso tienes más confianza para realizar las cosas.
Calculo que toda la gente creyente piensa igual que yo. En cuanto ves que se empiezan a dificultar las cosas, si tienes la ayuda de ese todo poderoso se te facilitan las cosas, se hacen. Si tienes la confianza, pierdes el miedo.
Y puedes preguntar: si no consigues lo que quieres ¿qué? El sabe lo que necesitas y tú puedes pedir lo que quieras, pero él te va a dar lo que necesitas. Todo lo que te pasa es por tu propio bien. Cuando menos estás tranquilo porque las cosas están sucediendo como tienen que suceder y no haces tantos corajes ni tantas angustias y las cosas salen.
Yo no he tenido experiencias extrasensoriales, para mí lo que cuenta es lo cotidiano, agradecerle al que te dio la vida. Yo no creo que me dio la vida, tengo la certidumbre de que me dio la vida desde el punto de vista espiritual.
No tengo ninguna duda, no tengo cuestionamientos. No te voy a decir que cumplo al 100% lo que la religión me pide, yo lo que cumplo al 100% es lo que siento que debo cumplir.

¿Podrías hablar de alguna experiencia concreta en que se muestre esa relación del necesitado con el todo poderoso y del hijo con el padre?

La verdad es que la vida ha sido buena conmigo, no me ha puesto en situaciones muy difíciles, pero me doy cuenta de que cuando estoy indeciso las cosas no fluyen; cuando tomo una decisión sin importarme todas las situaciones en contra que pueda tener, siempre me han salido fluidas.
Un día hace cuatro años me caí de la azotea, desde seis metros de altura y me rompí la clavícula. Hay gente que se cae de una silla y se mata. No me pasó nada más. Y la gente me dijo: "Lo que pasa es que Dios te recogió antes de que cayeras". La verdad es que era una escalera de bomberos y no estaba bien atorada y a la hora de que puse los dos pies se vino abajo, de lado. Después el doctor se dio cuenta que también había tres costillas rotas, pero prácticamente no me pasó nada.
También me han sucedido cosas fortuitas, choques que podían ser y no fueron y que puedes decir que son suerte, pero yo lo atribuyo a que estoy cuidado. Esa es la presencia cercana que he sentido. Una de profecía o que en sueños se me aparezca: no, para nada.

En una de tus conferencias sobre la religión judía hablaste de ella como un instructivo para la buena vida. ¿Podrías decir lo que te ha sucedido al respecto?

En el judaísmo Dios te pide que seas una persona ordenada, que seas una persona con límites. Los límites no te los pones tú, sino las leyes de la Torah. Con toda seguridad esos límites que me pone la Torah me previene de tentaciones más grandes. En lo personal nunca he tenido problemas de alcoholismo, drogadicción, ni problemas con mujeres ni de ningún tipo. Y yo creo que eso tiene mucho que ver con autolimitaciones de otro tipo, como las alimenticias y los ayunos que te entrenan para tentaciones más grandes, para que puedas decir más fácilmente un no.
Yo creo que el observar estos límites no es tanto para servir a Dios sino para servirte a ti mismo. Dios es todo poderoso, no me necesita, ni necesita de nadie. Es como un padre que te dice: "Mira, esto no lo hagas y si lo haces es tu responsabilidad".
A mí es lo que me gusta de la religión judía es una religión en la que Dios tiene fe en ti, te trata como un ser maduro, no como un ser que si cumples te va a dar tu premio y si fallas te va a dar tu castigo. Si te portas bonito te vas al cielo y si te portas mal te vas al infierno. Esa es una relación de niño y adulto, esta es una relación de una persona responsable con alguien que pone una misión en la vida, y si fallas es tu culpa, Dios no te castiga. Y si tienes éxito, hiciste las cosas como las debías hacer.

¿Cuál es tu misión en la vida?

Yo creo que la misión de todos es la misma. Se trata de que cuando tú te mueras hayas dejado sembrado en este mundo cuando menos un camino a seguir, positivo. Que si alguien se acuerda de ti es porque hiciste algo bueno. Como es imposible que hagas puras cosas buenas cuando menos que las cosas malas no sean tan visibles. Esa es tu misión, es sencillo, no es extravagante. Si la misión fuera ser un Einstein o un Newton o Beethoven, sería dificilísimo. Cada quien en su trinchera y habilidades tiene que dar lo mejor de sí y si da lo mejor de sí, siembra su granito de arroz y si lo siembra valió la pena haber estado aquí. Si tenías la capacidad y no hiciste nada, entonces pasas desapercibido y no valió la pena tu estancia.

El vivir como minoría religiosa te hace más consciente de otras religiones y de la tuya, las puedes valorar mejor. ¿Cómo ha sido la conciencia de tu judaísmo en México?

Yo nací en un país en el que ya no había tantos problemas como los que tuvieron mis padres. Ellos vivieron en un mundo cristiano sin el Concilio Vaticano II. El judío era entonces el asesino de Cristo, era el apátrida. No tenía tierra a dónde ir si lo perseguían. Se tenía que refugiar donde pudiera. Mis papás vivieron un judaísmo inhóspito dentro de México.
El Concilio Vaticano II dice que todo el que cree en Dios y hace el bien se salva. Y que los judíos no son lo que asesinaron a Jesús, sino que así tenía que suceder, así había sido escrito. Murió de tal manera para salvar al mundo. No que yo crea en el significado de esa muerte, un judío no cree en eso, pero el Concilio ayudó a que yo viviera en un país que no tuviera esa discriminación.

Nací en una comunidad que tenía una escuela, así que toda la primaria y la secundaria la pasé en un colegio en que no me criticaban por ser diferente. Con los vecinos no tenía ningún problema, jugaba como cualquier niño y ellos no estaban educados con el odio al diferente. La preparatoria y la universidad la estudié con una mayoría 99% católica y respeté y me respetaron. Muchos se acercaron a mí con preguntas y cuestionamientos, pero si sabes contestar y explicar te aceptan como eres. Lógicamente tienes que ser abierto y siempre te vas a topar con alguien cerrado y con él simplemente le dices que tú eres como quieres y no le haces mal a nadie. Lo importante no es lo que crees, es lo que haces.

Esta respuesta fue más a nivel sociológico. A nivel de valores dices que tu relación con Dios es más adulta y pones una diferencia con una relación católica más tradicional. Si te vas por esta línea ¿qué valoras más de lo tuyo?

Definitivamente me gusta y valoro más una relación de adulto que de niño. El adorar a Dios por temor, porque me voy a condenar, no cabe en mí. Yo con mis padres no tuve una relación de miedo sino una relación de amor. El premio o castigo se me hace una relación completamente interesada.
Yo sí creo que tenemos una misión en este mundo y no es una que tenga la amenaza de: "Así te va si no lo haces". Si no la quieres hacer no vas a tener un castigo, vas a tener una consecuencia por tus actos, pero en esa consecuencia no tiene nada que ver Dios. Me gusta más esa relación con Dios maestro, más que uno carcelero.

¿Qué es lo que más te ha gustado del judaísmo?

La libertad de tener opción. Es una religión que te da varias posibilidades. Está el judaísmo ultraortodoxo, en el que la Torah es el altar y es el camino a seguir y no te puedes desviar ni a la derecha ni a la izquierda. Y te trata de palomita y cruz. Cumpliste con esto, esto y esto: palomita; con esto y con esto, no: cruz. Hasta un judaísmo humanista como es el judaísmo reconstruccionista en el que no es tan importante qué tanto cumples o qué tanto descumples sino qué tanto te relacionas con la sociedad y eres bien visto por ella porque aportas y vales, porque aportas en el aspecto social y humano. Está también el judaísmo místico que se relaciona con Dios a través de la meditación y es más cercano al budismo, la meditación, la concentración. Está el judaísmo conservador para el que lo importante es que no pierdas la identidad y la mantienes a través de la observancia de ciertas festividades, pero sin tanto apego a la letra de la ley.
Entonces, en el judaísmo a cada persona se le da un lugar para sentirse cómodo. No es que si estás acá no vales. El judaísmo no te obliga a ir al templo. Es bueno que vayas, pero si no vas nadie te va a decir que tienes triple tache. A mí eso me gusta, que te traten con más libertad y que de todos modos valgas como ser humano.

Dentro de todas esas opciones que señalas ¿cuál sería tu manera de vivir el judaísmo?

Yo, la verdad, es que pico de todo. Hay cosas que me gustan mucho del judaísmo ortodoxo y cosas que me gustan del judaísmo reformista y del judaísmo místico. No me apego a ninguna de estas en particular. Me apego a todas. La observancia estricta de las cosas a veces es importante, pero el que todo tenga una razón de ser también es importante, o sea, este culto ciego que tiene la ortodoxa ... aunque no es ciego, siempre es estudio, estudio y estudio, pero la ley es: "Cumplo y después pregunto". Está bien que preguntes, se vale que preguntes, pero siempre y cuando eso te va a hacer más consciente de que cumplas. Es muy diferente a: pregunto, y si me convence entonces cumplo. Y tampoco estoy de acuerdo con eso, porque ¿quién soy yo, para elegir qué es bueno o qué es malo? Si lo hago me estoy elevando a nivel de Dios.
Yo sí cumplo, pero no cumplo tan estricto. De manera que me siento cómodo y feliz cumpliendo.

¿Vas seleccionando lo significativo de cada una de las opciones?

Claro y todas son judaísmo

¿Qué sería lo más significativo que retomas de cada uno?

De la ortodoxia lo más significativo es la fiel obediencia de la ley, que tú sabes que no es una ley humana sino divina. Pero del movimiento conservador, lo que llevo es por ser más feliz, mi observancia. Del místico lo que tomo es que somos seres espirituales y necesitamos meditar, alejarnos de lo cotidiano. Lo cotidiano lo santificas a través de bendiciones. Si voy a tomar una manzana digo la bendición: "Bendito eres tú Dios del universo que creaste el fruto de los ángeles" y entonces me la como y es un alimento no sólo físico sino también espiritual porque ya recordaste quién te lo dio. Siempre, al darle la autoría a quien lo merece es la manera como lo cotidiano se hace espiritual en el judaísmo.
En el judaísmo místico lo haces a través de la meditación, a través de la concentración más elevada. Eso es lo que mantengo del judaísmo místico o cabalístico.
Del judaísmo reformista o reconstruccionista lo que me gusta es que es muy humano y muy universalista.Yo soy universalista pero a través del judaísmo. Nunca dejo al judaísmo para ayudar al necesitado.
Hay un judaísmo que tiene apego por la tierra de Israel y hay judaísmo que no tiene apego. Yo me considero de los judíos que tienen 100% apego a la tierra de Israel. Yo estoy seguro que si Israel no existiera, retrocedería al tiempo de mis padres. Me respetan porque tengo un lugar a dónde ir en último caso, me respetan porque tengo cierta jerarquía.
Alguien que está completamente desnudo lo patean, lo despedazan. Alguien que está protegido, además de Dios, con una tierra, con instituciones, es más difícil que lo pisoteen.
En último de los casos, si a mi me corren de México porque viene una ola de antisemitismo, tengo a donde recurrir, un lugar que me abre las puertas y me considera ciudadano de primera. Durante 2000 años el pueblo judío fue pelotita: "Agarra tus cosas y deja todas tus posesiones aquí". Por eso se dedicaban al comercio, porque no le dejaban ni entrar a la universidad ni tener propiedades, por eso eran errantes. Ahora ya te tratan diferente porque vales más. Desgraciadamente en este mundo si no tienes atrás algo que te proteja, te despedazan.
Como ves, yo no me identifico con una sola línea sino con todas. Que a lo mejor estoy más apegado a la línea ortodoxa, cierto, pero no me molesta para nada recurrir a las otras líneas.

En la conexión que estableces con Dios creador y padre dices que es todo poderoso y que no necesita a los seres humanos. Eso ¿no te deja la sensación de ser prescindible? ¿De no importar, de ser nada?

No, nosotros no somos nada, claro que somos mucho, porque el alma que Dios te da es parte de Dios mismo. Entonces, tienes una parte de Dios dentro de ti mismo. Por eso eres muy importante. Dicen las escrituras que si matas a un ser humano es como si mataras a toda la humanidad porque tú no sabes el potencial que tiene ese ser humano como para redimir a todo el mundo.
Definitivamente como ser humano eres importantísimo. Que Dios no te necesita, Dios no te necesita. Que Dios quiere que tú sigas el camino adecuado, sí quiere, pero no le afecta a El si no lo haces, le afecta al mundo, le afecta su creación, pero no a El mismo, porque si yo digo que le afecta entonces le quito el todo poderoso. Pero eso no quiere decir que no le interese.
Dios puso al hombre en el mundo, pero no lo dejó para que se hiciera bolas, si hubiera hecho eso no le habría dado n instructivo de vida. Dios quiere y espera que cumplas con ese instructivo. Ahora, ¿por qué no hizo seres que cumplan con ese instructivo y punto? Porque entonces hubiera creado robots o autómatas. Dicen que cualquier cosa puede hacer Dios menos el obligar el amor a Dios. Si el amor fuera con conjuros, pues va a estar con esa persona, pero el amor es algo que decides y no te puedo empujar a que decidas amar o no amar.
En la misma oración principal del judaísmo dice: "Amarás a Dios tu Dios con todas tus fuerzas", pero antes de ese "amarás a Dios con todo tu corazón, con todas tus fuerzas" viene una oración que dice: "Dios te ama por encima de todas las cosas". Entonces, como Dios te ama por encima de todas las cosas, espera que lo ames con todo tu corazón y con todas tus fuerzas, pero no te obliga.
Dios no es un ser al que le vale lo que tú hagas. Sí le importa lo que tú haces, pero eso es muy diferente a que le afecte. Es una concepción diferente que a veces no se capta como es. Que Dios no te necesite no quiere decir que no le importe lo que tú haces.
Hay que respetar al prójimo porque tiene parte de la divinidad y a través de que te des a respetar y respetes, te respetarán.

El nexo que señalas con el Dios creador está claro, pero la finalidad y el destino están menos claros.

Bueno ahí ya estaríamos hablando de creencias y no de cosas objetivas. Si haces bien te va a ir bien en tu alma que es eterna. Al final vas a tener toda la felicidad completa sin tu cuerpo. Si no cumpliste yo creo que te reciclas. No hiciste la tarea, pues te regresas a hacerla. Pero esto no es algo que vives, es algo que crees. Nadie ha venido a contarnos esto y si viene no le voy a creer. Esto no es de fidelidad sino de creencia.
Desde el punto de vista social todo lo que hiciste te sirvió de enseñanza; desde el punto de vista natural o biológico, si tuviste hijos, ahí está la trascendencia a través de esos nuevos seres en el mundo. Desde el punto de vista espiritual valió la pena tu estancia acá porque aparte tuviste trascendencia a una felicidad eterna.
Pero puedes pensar que con esto estoy volviendo al premio. Sí es un regreso al premio, pero no actúas por el premio sino por la convicción, que son dos cosas diferentes. Te haces feliz día con día y eso te va a dar felicidad en otra dimensión. Y si te la da qué bueno, si no, de todos modos valió la pena, aunque no existiera el premio posterior.

No todos los judíos creen en la reencarnación ¿verdad?

No, no todos creen en la reencarnación. Yo creo en un mundo justo. Si hiciste la tarea suficientemente bien, adelante, si no tienes nada qué ofrecer, te regresas. A través de tus actos y a través de los actos que hacen tus amigos o tus descendientes a nombre tuyo te ayudan a sacar adelante tu alma.
El judaísmo no cuestiona mucho esto. Lo que le importa al judaísmo es el aquí y el ahora. El judaísmo no se cuestiona qué va a pasar después. El cambiar es cosa de hacerlo mientras estás vivo. ¿Qué más te da el premio o no premio? Si tienes convicción el premio no es trascendente. Si lo que estás esperando es el premio entonces eres como el trabajador que está esperando el sueldo el fin de semana, pero no goza la construcción, y se trata de gozar la construcción.
Como el alcohólico, lo que tienes es el día de hoy. Así hay que actuar en todo. Si tienes algo que hacer, empiézalo hacer ahora, si no, nunca lo vas a hacer.

Actualmente muchas personas tienen una relación personal con Dios y dejan de lado la relación comunitaria. Tú ¿cómo te ubicas en esta situación?

Yo sí creo en la relación comunitaria. Cuando lo haces un asunto meramente personal terminas por tener tu propia religión y yo creo que las religiones son para vivir en comunidad, todas las religiones, porque hasta el budismo que te lleve al Tíbet, te lleva con otros que están practicando algo semejante a lo tuyo.
Si haces una religión propia, de tu familia, empiezas a discriminar a los demás y estás fregado. La religión es para que tú vivas mejor. No para que te oprima más. Tienes que adecuarte a la que te convenza.

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